lunes, 22 de febrero de 2010

[Des] pegada de tu cielo


Esta mañana, he encontrado la alegría pura y llana;
adiós he dicho a los nubarrones pegados en tu cielo,
adiós he gritado a los sitios con entrada triunfal,
sin salidas de emergencia en caso de mentirijillas.
Adiós he susurrado a los periódicos desde la acera de la vida,
adiós le dije a los escaparates que van de imanes.
Adiós he dicho a los dramas [pegados en tu cielo],




y al fin abrazo

los puntos suspensivos
el punto y seguido
de la comisura de tus labios,




y al fin domestico

nuestra tacita de café
terroncito de azúcar
nuestro paraguas desgastado.



Esta mañana, he encontrado la alegría pura y llana,
mirando las palmas
de mis manos.
[sin huellas]






Elena

domingo, 21 de febrero de 2010

Y tú no te dabas cuenta...






Cada palabra o silencio me dice tu nombre a descubierto,

y es que tus manos me prometen el beso

y el abrazo más deseado sin tú saberlo.


De día vivo para mí y pa mis adentros,

de noche controlas mi vida desde todos mis sueños

y es por eso que das sentido a mi vida,

tú eres más y yo soy menos.


Cada sábado oxidado en un rincón,

llena de emoción se me congela el corazón

y se me bloquea hasta el pelo.


Y es que si tú te vas y desapareces

de hasta mis sueños, un trozo de mi se apaga

y mi pena se ahoga con whisky y una botella de ron añejo.


Quédate a mi lado… oliendo el azabache de mi pelo

quiero tu boca, quiero tus manos

y que tus ojos oscuros casi negros

me digan que me quieres y que luche por ello.


La música de tus manos quiere sus curvas

yo sigo queriéndote y amándote y tú,

despistado escalofrío humano sigues sin saberlo.


Canijosa.

lunes, 25 de enero de 2010

Lo que robé de los restos del naufragio


Razón de ser.

Jugar a ver quién llega más lejos.

Quién tira más de los pelos,

quién muerde los labios más fuerte,

quién tiene la sangre más salada,

quién sabe de malas artes.

De golpe, desapariciones,

asesinada por la pena, la pena,

levantarse, buscarte, gritarte,

atragantarme.

Volar las escaleras. El escalón.

El que me clavaba en la columna

por tu culpa, tu culpa siempre,

tus ganas de unir ombligos

tus destrozos, tus trozos…

Aullidos de socorro.

Jugar a ver quién jode más.

Quién llama menos,

quién de pronto no existe.

El odio repentino nos secuestra

nos vamos a tomar por culo el uno del otro.

El orgullo ese que quema.

Luego perdemos los dos

porque el amor rescata y nos pisoteamos

por tal de dejarnos huella,

nos matamos a bocados.

Mis gemidos la habitación,

tus caricias mi oído.

Lentito lentito nos reajustamos,

volvemos a ser puzzle perfecto.

Volver a la deriva,

tu sitio favorito.

Jugar a ver quién olvida primero.

Bocados a otro,

las malas artes ya ni son artes,

por verte un ratito delante,

locos por escuchar los pulsos,

Medir el dolor, pero ya no vale.

Romper tazas, recortar cometas.

Me transformo en amante dulce,

otras guaridas,

tú mientras estarás fumando.

Otra ventana, otra espalda que clavar

mientras piensas en mí,

porque el juego no acaba,

aunque la última partida

sea mía.






Elena

sábado, 23 de enero de 2010

La vida es...


La vida también es...


Un amanecer con alguien especial,
una cucharada de azúcar en el café,
una sonrisa inesperada,
el abrazo de un verdadero amigo,
el contacto de tus pies con los suyos,
un día en el que todo sale mal,
un día lluvioso,
un echarte de menos,
saber que al final todo sale bien,
algo de drogas.

La vida es querer a alguien más que a uno mismo,
equivocarte y aprender de ello,
escuchar una canción y que aumente el pulso,
mirar a alguien con deseo,
el beso de un abuelo o una abuela,
una mosca en la sopa,
salir de casa y que empiece a llover,
esperar algo con emoción,
una película en el sofá,
los amigos, la familia...


La vida es todo y más,
es todo lo que esperas y lo que no.






CANIJOSA.

No me mires por la calle


Ya es hora de pisarte fuerte,
de destrozarte los zapatos,
y si me fuera posible, también la vida.

Las farolas luchan unas contra otras,
tu coche no ha pasado a recogerme.
Dices que no estás bien,
que ya no soy tan linda,
que te pesa el alma
y más mentiras que no merecen
ni salir de tu garganta.

Me apresa el dolor tibio,
palabras “uno más, uno menos”,
la taza de leche fría.
No le hablo a las mañanas,
menos aún a tus madrugada.
Tengo la manía de recortar los días,
llamar a cada momento por su nombre.
Ahí soy como otra cualquiera.

Me matan las ansias de señalarte,
hacerte culpable,
romperte las noches,
estrujarte y luego dejarte con ganas.
Porque ahí soy como otra cualquiera.

De vez en cuando me pinto
unos ojos más grandes,
unos labios más rojos.
Bebo cerveza para quedarme
en el cuello de la botella.
Mi huella roja, la vie en rouge.
Algún día se te deshará el cerebro,
Me teñiré y nos iremos acoplando en órbitas aparte.
(lado a lado, beso a beso, mes a mes,
como las facturas eternas).


Mis artistas son míos,
los mantengo a bocados,
los pongo rojos a base de labios.
Te mueres de envidia y de miedos,
codo con codo, compañía fácil.









Elena.

verso tú, verso yo


A mis deditos congelados les duele la cabeza,
y el paracetamol no llega a esas latitudes de mi cuerpo.

Mis huellas no tienen identidad desde que no tocan tu piel,

la verdad es que de la poca identidad que me queda,
me empiezo a arrugar...
Como si hibernase en la bañera.

No tengo ganas de esperar una carta con tu nombre, he jugado sucio,

tan sucio que redimirme sin nuevos colchones no ha servido,

tan sucio que no recuerdo qué zapatos te gustaban,
si eras de whisky o ron.

Ya no vivo engañada, sé que los príncpies azules
son un invento del corte inglés

que todo lo fantástico se vuelve real.

Ya no los quiero azules, que sean rojos, magnéticos,
que me den calambres por todos lados,

que sean la oposición total a esas marionetas Disney...

No quiero que me traigas flores los 14 de febrero

y tampoco esos besos debajo del muérdago, si puede ser
,
prefiero que te olvides de nuestro aniversario,
que tus sonrisas mañaneras
me alegren todos los días de mi vida.

Ya no le tengo miedo a las canas, a las cifras altas,
sabes que solo me queda el miedo a lo convencional.

A lo convencional, a las camas desarmadas y a las almohadas vacías

así que más me vale firmar este pacto en silencio, tú, yo,
y este viento, para comprobar que seguimos vivos

que seguimos bebiendo alcochol,
y estamos más unidos que la coca y tu nariz.

Perdona esta manía mía de exagerarte, pero se me atropella el tiempo,
el espacio y es la forma más breve de decir que no se te ocurra escurrirte
otra vez.

A lo mejor es cosa mía pero estoy cansada de romeos de falsa marca,
y falsos galanes.








Canijosa y Elena.


"Si estás leyendo esto, va dirigido a ti. Cada palabra que leas de esta letra pequeña e inútil es un segundo menos de vida que te queda. ¿No tienes otras cosas que hacer? ¿Tu vida está tan vacía que no se te ocurre otra forma de pasar estos momentos? ¿O te impresiona tanto la autoridad que concedes crédito y respeto a todos los que dicen ostentarla?
¿Lees todo lo que te dicen que leas? ¿Pruebas todo lo que te dicen que pruebes? ¿Compras todo lo que te dicen que compres? Despierta, sal de tu apartamento, busca a alguien de tu sexo opuesto, basta ya de tantas compras y masturbaciones. Deja tu trabajo, empieza a luchar, demuestra que estas vivo, si no reivindicas tu humanidad, te convertirás en una estadística.
Estás avisado."





El club de la lucha


País sin corazón


Necesito un notario para que me diga que me quieres de verdad.

Pensaba buscar una religión en la que
tus besos no fuesen pecados.
Y ahora sé que soy atea
además, formas parte del pasado.

¡Ernesto! hoy una mesa para dos.
gritabas entusiasmado.
Y al final de la noche decias enfuscado,
que el postre se toma en casa y
no pedías ni un cortado.


Mi tronco besabas y hasta mis hojas lamías
sabores de pasión, lujuría y desenfreno;
quién me iba a decir que aquella noche
sería la última.

Crees que soy tonta y lo malo
es que incluso tienes razón.
No es fácil deshacerse de un olor, de un recuerdo,
de una quimera, o de un cerdo.

Se marcha, vuelve, se marcha, vuelve pero no vuelve.
Y mi corazón se cala de tanto arrancar para luego
na de ná.
Que soy una medusa y aviso,
un dia te voy a picá.

Antes eras capaz de paralizar mis sentidos con una sola palabra
y ahora con palabras te cortaría hasta la garganta.
La ducha me pone más que tú, qué triste es tu vida,
no te atreves ni siquiera a cambiar de zapatos.

Entérate, el que no arriesga no gana.
Yo me cansao de esperar en aquella estación,
próximo destino país sin corazón.



Canijosa.

GO CRASH



Peor que los clavos oxidados.
No sé cómo os clavasteis en mi médula,
ya no me creo nada fantástica,
más bien tengo la autoestima desnutrida.
Os tengo metidos tan dentro que acabaréis
por hacerme vomitar.
Os gusta ir de superhéroes para seducir,
o de unas especies de falsos Freud.

Ya no tengo la fuerza en el cuerpo,
no me van los Hemingway,
de veras que no quiero veros imitadores
de hombres de verdad.

Y en estas historias no es cuestión
de ganar o perder,
los gritos no resuelven nada,
en el sexo ellos que vuelan
nosotras que acabamos golpeadas,
y ellos en nuestras médulas,
o como después de caerte por las escaleras.

Y el mundo, allí fuera,
tras la decepción, el sopor
y la mierda de rutina,
escondido,
sigue con sus estereotipos.




Elena.